lunes, 11 de octubre de 2010

Anécdota

Todo empezó en aquella fiesta en donde estaban aquellas chicas amigas del chavo que me quería golpear, estaba con ellas felizmente, empecé a besar a una de ellas. Pararon de jugar a la botella ya que un amigo iba por más alcohol al oxxo entonces entraron a ver su cuenta de facebook, yo sólo veía, en eso, una de ellas estaba hablando con ese cabrón. No quise prestar atención, entonces aquella chava me miró y me dijo que si me animaba a pelear con aquel  chavo, su expresión atentaba contra el machismo que todo mexicano tiene, incluyéndome, así que para no quedar mal le dije que sí. Yo ya estaba cansado de tanto evitar a ese cabrón, él llevaba 8 meses molestándome y yo nunca le respondí a golpes ya que mi arte marcial me dice que no use lo que sé a menos de que sea muy necesario. Le dije a la chava que yo estaba de acuerdo a pelear el sábado a las 8 en el jardín de San Miguel. Ella le escribió eso en el face y ya estaba todo listo para la pelea. Llegó mi amigo, seguimos jugando hasta que el juego se volvió otra cosa y eso fue lo que pasó el viernes. Al día siguiente, como siempre fui a entrenar al gym artes marciales. El profesor me vio exaltado en la forma de entrenar pero no quise comentarle nada en ese momento. Yo recordaba todas las cosas que aquel chavo me había hecho, inicialmente humillarme delante de mis amigas. Eso me molestaba así que llegando a mi casa saqué todas las películas de artes marciales que tenía y fueron 5 horas de cine en casa. Las chavas me dijeron que todo estaba listo pero que ellas no asistirían al encuentro de aquella pelea donde un chico de secundaria había aceptado pelear contra uno de preparatoria. Yo recordaba lo que mis amigos que a la vez eran amigos de aquel chavo me decían, cosas como: ese güey está bien loco, ten mucho cuidado golpeó a dos chavos el sólo, etc. Yo estaba concentrado, mi hermano llegó a la casa a una hora para el encuentro y lo le dije que si podía acompañarme ya que la semana pasada yo había peleado con el amigo del mi nuevo oponente y le había ganado pero al final sus amigos de 5to. Semestre se metieron y no me dejaron acabar de golpearlo, aparte me golpearon con una hebilla pero alcancé a bloquear el golpe y no me pasó nada. Para evitar ese tipo de cosas le sugerí que me acompañara y el aceptó. Tomé mi posicionador bucal y me dirigí al encuentro. Llegamos a donde acordamos, él traía cinco chavos y yo cuatro así que se fueron porque les tenían miedo a mi hermano y a sus amigos. Los seguimos y lo alcancé, le dije que peleara conmigo, él aceptó. Los dos pusimos condiciones. Por mi parte le dije que ganara él o yo jamás me volvería a buscar pleito. El aceptó con la condición de que nadie se metiera y con gusto acepté. Llegamos al callejón donde el vivía ya que en el jardín no podíamos pelear. Saqué mi posicionador y me lo puse, en ese instante el se empezó a reír de mí. Mi hermano me dijo que no le prestara atención y que me concentrara en la pelea, y así lo hice.
Primero, dábamos vueltas en círculo sin dejar de vernos uno al otro, yo traía mi guardia y el tenía las manos abajo. Se acercaba a mí y yo puse el parado esperando el momento justo. Este momento llegó y le tiré una patada de lado saltando en la boca. Al caer del salto cambie de guardia y tiré doble empeine a su lado izquierdo de la cara. Caminé hacia atrás observando que no reaccionaba a las patadas sólo estaba parado sangrando por la boca, todos mis amigos gritaban: ¡así se hace!, ¡No mames Frank tu hermano es chingón! En ese instante él corrió hacia mí y nos tiramos golpes y sin que nada de esto diera resultado  nos separamos, volví a poner mi parado. Él, al oír los gritos volvió a correr hacía mí y yo reaccioné tirándole una patada de giro a su ojo izquierdo. Volví a poner mi guardia y mi parado, sólo llevábamos peleando un minuto.  Mi hermano miró a mi contrincante, lo vio sangrando y sin oportunidad. Me dijo que parara, se acercó a nosotros para separarnos y mi contrincante  intentó golpearlo pero fracaso y mi hermano lo empujó. Yo reaccione y le tiré un golpe directo a la quijada. Cayó al piso y se levanto desabrochándose el cinturón, la gente de ahí oyó el alboroto, salieron amigos de él, ya que estábamos cerca de su casa, eran 7 más sus 4 amigos que ya estaban con él. Nosotros sólo éramos 5, mi hermano me dijo que nos fuéramos, que ya era suficiente. Yo lo obedecí y al ver a mi contrincante me percaté de que tenía el ojo izquierdo morado y seguía sangrando de la boca. No fuimos y todos aquellos chavos nos gritaron cobardes, me quité el posicionador y les respondí que no quería dejar tuerto a su amigo. Todo terminó y me sentía feliz  ya que no me había hecho nada, yo no estaba sangrando. No fuimos y mi primo Lalo junto con los dos amigos de mi hermano me dijeron que era un buen peleador, es decir, “que era bien chingón”. Y así aprendí a no pelear sólo para impresionar a chavas ya que eso te hace ser un animal parecido al perro. También aprendí a usar el Arte Marcial sólo cuando es necesario.  Así un niño de secundaria golpeó a uno de preparatoria.

4 comentarios:

  1. no mams manuel la nea ta chingona tu anecdota y la net sigue usando los golpes solo cuando sea neceario porke yo pieno que los golpes no solucionan y la neta ta chingon ke practiques un deporte ke te puede ayudar en casos muy extremosos y tambn decirte ke esta muy padre el diseño de tu blog

    PD no te voy a molestar para ke no me golpes jajajajajaja

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  2. QUE BIEN ESTA MUY PADRE TU BLOG BUENA SUERTE EN TUS PELEAS BUENO NO CREO QUE LA NESESITES BUENO BIE
    AMY

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  3. Gracias Alfredo, la neta me gusta hablar de lo que me pasan. este tipo de cosas que nos pasan a todos, sobre todo a los hombres como ya has de saber....

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  4. pues bueno gracias amy no vemos... Por cierto lo que pasó en la anécdota no lo intentes en casa. Tu sabes, no es apto para cardiacos.

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